Enterrados en más de un metro de arena, los restos de este viejo avión bimotor descansan en la playa mexicana de La Ventanilla, a unos 264 kilómetros al sur de Oaxaca. La visión es una mezcla entre la serie “Perdidos” y el angustioso final de “El Planeta de los Simios”. El avión fue abandonado aquí por un grupo de narcotraficantes, dicen las gentes del lugar que hicieron un aterrizaje forzoso y se vieron obligados a salir por piernas. El avión quedó entonces semienterrado en la playa, sometido a los embates de las olas y a la curiosidad de algún que otro viajero.
Sobre el destino del cargamento, corren distintas versiones. Algunos lugareños aseguran que la economía del lugar floreció sorprendentemente durante algunos meses. Otra versión de la historia (tal vez sobre este avión, quizá sobre algún otro) asegura que los muchachos del pueblo arramplaron con los misteriosos paquetes de polvo blanco que contenía el avión y lo utilizaron para pintar las líneas de la cancha de béisbol. Se dice que el equipo local, Los Relámpagos, jugaron a partir de entonces como auténticas centellas.
miércoles, 24 de octubre de 2007
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